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Comunicación con los hijos en la época de Sophia y bebés espaciales

Recientemente, un hombre a quien no conozco en persona me llamó y me pidió que lo aconsejase sobre la mejor manera de relacionarse con sus hijos adolescentes, con quienes, me dijo, él tiene serios problemas de comunicación tras solamente un par de años en Estados Unidos.

Los problemas de comunicación con los adolescentes ocurren casi en cualquier lugar del planeta, pero esos problemas se agravan si, a las conocidas diferencias generaciones, se agregan otros factores, como profundas diferencias de cultura, idioma, tecnología, educación e incluso religión entre padres e hijos.

En definitiva, en muchos casos, lo único que conecta a los padres con sus hijos es el hecho biológico de que son padres e hijos, pero nada más. Y eso no se deba a la tradicional “brecha generacional”, sino a un abismo de separación creado por la rapidez de los cambios culturales, sociales y tecnológicos en el mundo moderno.

Por eso, sin conocer a la persona que me llamaba y porque resulta imprudente hablar de ciertos temas por teléfono, ofrecí reunirnos en persona y, mientras tanto, escuchar lo que este hombre tenía que decir.

Entendí entonces que el hombre no estaba buscando mis consejos (gran acierto, porque no tengo ninguno para dar), sino que, aunque él no lo dijo explícitamente, quería saber si yo conocía alguna manera de “frenar el tiempo” o incluso de volver al pasado para que él pudiese retomar el control de la relación con sus propios hijos.

Lo lamento, amigo, pero eso ya no es posible. Y si tú crees que en el contexto actual es difícil comunicarse con tus hijos, créeme cuando te digo que esa comunicación será posiblemente aún más complicada en el futuro cercano (muy cercano, sólo cuestión de unos pocos años.)

Los cambios son tan rápidos, profundos, transformadores e irreversibles que personas de distintas edades están literalmente viviendo en mundos distintos. Y, a la vez, estamos creando cada vez más de esos “mundos distintos”.

Por ejemplo, Sophia, la primera robot inteligente en ser ciudadana de un país (Arabia Saudita), se transformó recientemente en la primera robot en recibir una visa oficial para entrar a un país, cuando viajó a Azerbaiyán para participar de una conferencia de las Naciones Unidas sobre servicios públicos.

Sophia, creada por Hanson Robotics de Hong Kong, habló con funcionarios públicos y con periodistas, agradeciendo que se reconozca a la inteligencia artificial como “una fuerza positiva para la humanidad, y no como una amenaza”.

Y mientras crece el reconocimiento de Sophia como persona, también progresan las gestiones para comenzar a gestar humanos en el espacio. Según anunció la empresa SpaceLife Origin, de Holanda, la primera generación de “humanos espaciales” comenzaría a nacer en 2024 usando incubadoras embriónicas en estaciones espaciales orbitando la tierra.

Entonces, ¿cómo será la vida de los niños y jóvenes cuando la interacción con robots inteligentes sea algo común y cotidiano y cuando la tierra ya no sea el único lugar de nacimiento de los humanos?

¿Quieres conectarte con tus hijos? Conéctate primero con su futuro.

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