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Desarrollan protocolo para comunicarse con seres inteligentes de otros planetas

Tres académicos, dos de Estados Unidos y uno de Francia, publicaron recientemente un artículo en el que presentan un protocolo para comunicarse son seres inteligentes de otros planetas, debido a que la falta de ese protocolo impediría que “se maximice la posibilidad de que los mensajes (de la Tierra) sean comunicados efectivamente”.

En otras palabras, a pesar de que desde los inicios de la radiofonía hemos enviado mensajes al cosmos, y desde 1974 lo hacemos desde el radiotelescopio en Arecibo, hasta ahora carecíamos de guías precisas sobre cómo hablar con nuestros primos galácticos.

Dimitra Atri, de la Universidad de Kansas; Julia DeMarines, de la Universidad Espacial Internacional en Francia; y Jacob Haqq-Misra, de la Universidad Estatal de Pennsylvania, nos ofrecen ahora los pasos a seguir para desarrollar el protocolo que eventualmente nos permita comunicarnos con inteligencias no terrestres.

La necesidad de este proyecto se debe, según estos tres científicos, a que cada vez son más los planetas detectados en órbita de otras estrellas que tienen el tamaño adecuado y están a la distancia adecuada de sus estrellas como para estar habitados por seres inteligentes.

“Un planeta como la Tierra que muestre indicaciones espectroscópicas de procesos biológicos tiene una posibilidad más alta de estar habitado por seres inteligentes que desarrollaron tecnologías de comunicación”, dice el reporte (página 3).

“Si, o quizá cuando, encontremos planetas como el nuestro, esos planetas serán los objetivos de enviar mensajes a los extraterrestres”, agrega el informe.

Se considera como “civilización inteligente”, según la definición propuesta por estos investigadores, a aquella sociedad con la tecnología suficientemente avanzada como para transmitir ondas radiales a nivel interestelar. Eso significa que nuestra propia civilización tiene menos de 100 años de inteligencia.

La paradoja consiste en que esa nueva inteligencia que nosotros como humanidad recién acabamos de adquirir, por ser la única que tenemos certeza que existe, será usada para poner a prueba el nuevo protocolo.

“Una vez que se desarrolle, el protocolo se publicará para que distintos grupos de personas lo pongan a prueba en todo el mundo y en distintos contextos culturales. Un mensaje efectivo para extraterrestres debe por lo menos ser entendible por los seres humanos”, afirman los tres académicos.

En mi opinión, allí es donde radica el problema, ya que a pesar de toda la tecnología a nuestra disposición y quizá por eso mismo, todavía no hemos aprendido a superar las barreras culturales y lingüísticas que nos separan.

Es decir, si aún no hemos aprendido a comunicarnos entre nosotros, ¿cómo vamos a desarrollar un mensaje para seres de otros planetas?

Atri, DeMarines y Haqq-Misra obviamente anticiparon ese problema, por lo que afirman que el nuevo protocolo servirá “para mejorar las comunicaciones multiculturales” y para “fomentar la colaboración internacional”.

Nobles propósitos y dignos de todo nuestro respaldo. Pero antes de hablar con extraterrestres, yo me conformaría con metas más pequeñas, como protocolos que permitan el diálogo entre esposos, entre padres e hijos, entre culturas y religiones, y sobre todo entre el pueblo y los políticos que los representan.

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