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Project Vision 21

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La realidad se despliega más rápido de lo que podemos comprender

Hasta hace poco menos de 100 años, se creía que la Vía Láctea era todo el universo, es decir, no se sabía que la Vía Láctea era sólo una galaxia entre incontables otras, sino que se suponía que era todo lo que existía. Luego, mediciones de Andrómeda confirmaron que Andrómeda era otra galaxia y no una nébula dentro de la Vía Láctea. Repentinamente, el universo creció.

La progresión parece clara, comenzando con las épocas remotas en las que los seres humanos asumían que no había nada más allá que la aldea o la ciudad que ellos conocían (o por lo menos no había nada bueno). Luego, se asumía que no existía nada más allá del país propio (o por lo menos el territorio propio era el único verdaderamente civilizado).

Más tarde se sostuvo que este continente o aquel otro eran los únicos y cuando finalmente todo el planeta fue explorado se creyó que no existían otros planetas similares a la tierra en ningún otro lugar del universo, es decir, en aquella época, la Vía Láctea. Finalmente, la Vía Láctea también fue destronada como “el único universo”. Y ahora le toca el turno a nuestro universo.

La creciente idea de un multiverso, una especie de mar de universos entre los cuales el nuestro es solamente una burbuja, va a acompañada de la idea de un universo oscilante (es decir, que se expande y se contrae, creando “universos” sucesivos) y de la idea de la multidimensionalidad del universo (dentro de nuestro propio universo existirían dimensiones que aún no percibimos.)

Dicho de otro modo, de la misma manera que un bebé sólo puede ver durante los primeros meses de su vida hasta medio metro de distancia antes de que sus ojos “aprendan” a ver distancias mayores, nosotros, como humanidad, sólo vemos lo que nuestra percepción nos permite ver en este momento y no podremos ver nada más hasta que aprendamos a verlo. 

Por eso, creo que, con los cambios constantes, profundos e irreversibles que estamos enfrentando, y con los constantes avances científicos y tecnológicos, nos vemos casi obligados a expandir nuestra consciencia de qué es y qué no es real y, como consciencia, de comenzar a ver lo que antes no veíamos. 

Por ejemplo, los vuelos espaciales comerciales ya son una realidad, como también lo son los órganos humanos artificiales y los médicos (incluso cirujanos) virtuales. Todos esos elementos se interconectan porque para viajes espaciales de larga distancia o para colonias humanas permanentes en el espacio los órganos artificiales y los médicos virtuales serán necesarios. 

Sin embargo, la mayoría de nosotros seguimos nuestras vidas ignorando la llegada de la nueva realidad e ignorando que esa nueva realidad no solamente ya está aquí si que nos afecta. Por ejemplo, debido a los cambios antes mencionados, se estima que en el futuro cercano centenares de millones de personas en todo el mundo deberán aprender nuestros trabajos para encontrar empleo. 

Estemos listos o no, el multiverso, el universo multidimensional y el nuevo futuro ya nos esperan. 

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