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No quiero a un sacerdote robot a cargo de mi funeral (pero podría suceder)

Francisco Miraval

La serie animada de ciencia ficción Futurama incluía entre sus personajes al Reverendo Lionel Preacherbot, un robot y el predicador principal en el Templo de Robotología. Pero, dejando de lado toda fantasía (de series animadas, de ciencia ficción y de religiones imaginarias) los sacerdotes robots ya existen y ya participan de religiones reales.

Recientemente (23 de agosto), la empresa japonesa Softbank (de telecomunicaciones) presentó a Pepper, un robot humanoide que puede actuar como sacerdote en ceremonias budistas. Y, al contrario de Preacherbot que mayormente les predicaba a otros robots, Pepper interactuará mayormente con humanos y, más específicamente, en funerales. (“Pepper” parece más el seudónimo de un músico o un luchador que de un sacerdote budista japonés.)

Pepper, promocionado por la empresa Nissei Eco, tiene una gran ventaja sobre sus contrapartes de carne y hueso, ya que contratar a Pepper para oficiar un funeral cuesta menos de la cuarta parte de lo que cuesta contratar a un sacerdote budista humano.

Además, Pepper puede realizar por sí mismo cada una de las tareas propias de esa ceremonia, desde recitar las escrituras apropiadas y tocar el tambor hasta transmitir en directo desde sus propios ojos toda la ceremonia.

Pepper ya tiene competencia en Alemania, donde en mayo pasado una iglesia en la localidad de Wittenberg presentó a un sacerdote robot, llamado BlessU-2, que imparte bendiciones en cinco idiomas (inglés, francés, alemán, español y polaco) y que, según lo elija el interesado, puede hablar con voz de hombre o con voz de mujer.

Por el momento, BlessU-2 no reemplazará a sacerdotes humanos más allá de compartir sus bendiciones, pero un monje robótico presentado en China en abril de 2016 sí lo hará. Xian’er, de sólo 60 cm de alto y aspecto casi caricaturesco, interactúa por medio de teléfonos inteligentes con quienes tienen preguntas sobre el budismo. De hecho, se considera que Xian’er es la primera inteligencia artificial budista del mundo.

En definitiva, sacerdotes robots budistas en Asia y sacerdotes robots protestantes en Alemania ya desempeñan tareas que antes eran de la exclusiva responsabilidad de humanos quienes asumían esas tareas en respuesta a lo que consideraban o creían un llamado divino. Pero ahora, Xian’er comparte mensajes de sabiduría, Pepper oficia funerales y BlessU-2 bendice a feligreses.

Lo que antes era ciencia ficción, ya es realidad. Lo que parecía algo absurdo, ahora es aceptado. Lo que sólo se veía en historietas, ahora se ve en templos y en iglesias reales. Y con los constantes avances y creciente presencia de la inteligencia artificial en cada aspecto de nuestras vidas, uno no puede dejar de preguntarse cuánto falta para que la mayoría de los pastores o sacerdotes sean robots.  Quizá Robotología y su Buen Libro 3.0 también se conviertan en realidad.

Personalmente, no me gustaría que mi funeral estuviese a cargo de un robot. Prefiero que el oficiante sienta su propia mortalidad. Pero también veo las ventajas de contar con alguien que no se va a equivocar ni se va a emocionar. Y además resulta mucho más económico. 

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