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Solos y tensos: así nos dejan la tecnología y la política

Francisco Miraval

La actual situación política en Estados Unidos y en gran parte del mundo y la creciente dependencia de la tecnología para que los seres humanos podamos comunicarnos unos con otros han hecho que la mayoría de los adultos estadounidenses experimenten ahora los niveles históricamente más altos jamás detectados de tensiones emocionales (estrés) y de soledad.

Así por lo menos lo indican dos recientes estudios nacionales, aunque la mayoría de nosotros no necesita ver los resultados de esas investigaciones para comprobar su veracidad.

Uno de esos estudios, publicado por la Asociación Estadounidense de Psicología (APA), revela que el “clima político” en Estados Unidos ha generado tal nivel de ansiedad y de incertidumbre sobre el futuro que las personas ya no saben cómo responder a los constantes cambios. La situación las abruma y las hace vive en constante estrés.

El otro reporte, de Match.com (el sitio para buscar pareja), revela que la abundancia de tecnologías de comunicación dificulta, pero no facilita, las comunicaciones interpersonales, por lo cual cada vez son más las personas, especialmente los jóvenes, que se sienten solas y frustradas. De hecho, otra estadística afirma que nueve de cada diez adultos en Estados Unidos se sienten solos o muy solos.

En cuanto a las tensiones emocionales, el estudio de APA sostiene que las personas están ahora más estresadas de lo que han estado en mucho tiempo y no por los problemas usuales (trabajo, economía, dinero, salud) sino por el resultado de las elecciones y por la nueva situación política, calificada como “sin precedentes”.

El contexto sociopolítico del país ha llevado a “relaciones fracturadas” con amigos, vecinos y familiares. Además, muchos se sienten frustrados “por no poder ofrecer seguridad financiera o protección” a los familiares o a personas cercanas.

Y a la vez que eso sucede, según Match.com, una encuesta entre 5500 personas solteras del país indica que la población en general, pero los mileniales (los menores 35 años) en particular, tienen problemas para conectarse con otras personas a pesar del constante uso de tecnología y precisamente por ese constante uso.

De hecho, la tecnología parece interferir en esas relaciones. Por ejemplo, según la encuesta, las quejas más comunes son usar el teléfono durante una cita para hablar con otras personas, publicar comentarios negativos sobre la pareja en Facebook, y presionar a la otra persona para casarse.

Además, si una persona usa Android y la otra iPhone, esa diferencia en la selección de un teléfono para muchos ya es una seria incompatibilidad. Como resultado, a la mayoría de las personas se dificulta tener “conexiones genuinas” con otras personas, y las personas terminan solas o incluso hablando con extraños o manteniendo relaciones fugaces tras una visita a un bar o a un gimnasio.

¿Qué se puede hacer ante tal situación de soledad e incertidumbre? Si no podemos volver al pasado ni quedarnos en el presente, y el futuro aún no ha llegado, ¿qué hacer? Quizá sea hora de dejar toda superficialidad para reencontrarnos con nosotros mismos antes de reencontrarnos con los otros. 

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