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Conflicto entre imagen y poder me dejaron a oscuras

La semana pasada mi computadora comenzó a tener problemas otra vez. El encenderla en “modo seguro” quedó claro que cada vez que llegaba a un cierto subsistema relacionado con la imagen en la pantalla, la computadora se congelaba.

Usando una segunda computadora busqué entonces toda la información que pude sobre los problemas que causa ese subsistema y cómo solucionarlos.

Inmediatamente comprendía que todo lo que se sugería, como instalar una nueva tarjeta de gráficos, bajar la resolución del monitor o darle más memoria al video, yo ya lo había hecho.  Claramente había que buscar otra razón para saber por qué la computadora se negaba a funcionar.

Busqué otra vez información y en este caso encontré un comentario en un foro de computación en el que alguien advertía que en caso de que la computadora se congele al encenderla, el problema lo causa no el último subsistema que aparece en la pantalla sino el siguiente, es decir, el que todavía no aparece.

En el caso de mi computadora, ese subsistema es el que controla el uso de los recursos y de la energía entre los distintos componentes de la computadora. Es decir, es el programa que tiene y distribuye el poder.

Parece que, quizá por un corte en el suministro eléctrico o por haber apagado la computadora de manera incorrecta, el subsistema del poder se corrompió y entró en un ciclo del que no podía salir. Como consecuencia, ya nada funcionaba, a pesar de que tanto el sistema operativo como la computadora estaban (y están) en buenas condiciones.

Tuve entonces que descargar una versión actualizada del subsistema del control de la energía y, tras instalarla y cambiar algunos parámetros, la computadora retomó su funcionamiento normal.

Pero para entonces el conflicto interno dentro de mi computadora ya se había convertido en una metáfora de la vida y de la realidad, en las que el conflicto entre imagen y poder, muchas veces invisible a la mayoría de nosotros, nos afecta a todos y con frecuencia nos deja paralizados y sin futuro.

Cuando las encuestas de opinión reflejan lo que el encuestador quiere que refleje y no lo que dicen los encuestados, cuando no hay diferencias entre noticias y propaganda, cuando la imagen es más importante que la sustancia de una persona, cuando la lucha por el poder llega a ser tan evidente que causa inestabilidad, entonces todos (como mi computadora) nos quedamos a ciegas y posibilidades de progresar.

Pero hay algo aún peor, y es el de desconocer la verdadera raíz del problema y buscar soluciones para problemas que no lo son, destinando tiempo, dinero, recursos, energía, esperanza y expectativas a situaciones que ni causan problemas ni merecen que se les dedique tanto tiempo y recursos.

Mientras tanto, ni siquiera hemos detectado el verdadero problema, dónde realmente radica la lucha por el poder y por qué esa lucha, creada por algún tipo de corrupción impide el funcionamiento de toda la sociedad, aunque la absoluta mayoría esa sociedad no tenga impedimentos para funcionar adecuadamente.

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