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Extremos opuestos crean una confusa imagen de la realidad

Francisco MiravalLas historias, las noticias, la información a veces se superponen de maneras extrañas, presentando simultáneamente opuestos extremos, como la opulencia y la pobreza, la glotonería y el hambre, generando así una visión confusa de la realidad, ya que resulta difícil reconciliar esos elementos mutuamente excluyentes, pero todos incluidos en la misma dialéctica.Por ejemplo, un reciente reporte publicado por Colorado Sin Hambre sobre la base de estadísticas oficiales y encuestas privadas sugiere que las familias de bajos recursos en ese estado destinan 1,50 dólares o menos por persona a cada comida. En otras palabras, una familia de cuatro personas destinará sólo 6 dólares a un desayuno o a una cena. Se trata de una cifra claramente exigua para suministrar la comida en la cantidad y calidad necesarias para que esos alimentos sean realmente nutritivos. A la vez, una reciente historia (7 de junio), publicada por Yahoo Sports, reporta que la cena para los jugadores novatos de los Eagles de Filadelfia (uno de los equipos de la NFL) costó casi 17.800 dólares, o por lo menos ese es el número que aparece en el recibo publicado por uno de los jugadores que participó de esa cena. La historia puntualiza que no queda claro cuántas personas participaron de esa cena que incluyó caros cortes de carne y aún más caras botellas de vino, por lo que, según el redactor de la nota, aparentemente ese monto es lo que pagó por su propia cena, precisamente el que luego publicó el recibo en las redes sociales. Así, mientras alguien sólo tiene 1,50 dólares para su cena, alguien más tiene un cantidad de dinero 11 mil veces superior para su propia cena. (Dicho sea paso, lo que el jugador supuestamente gastó en una sola comida es una cifra casi similar a los ingresos anuales de una familia de tres personas de bajos recursos, según datos del gobierno federal.)¿Y cuántas personas en Colorado se encuentran en una situación de hambre o de inseguridad alimenticia? Cerca de 850.000, es decir, el 16 por ciento de los 5,3 millones de residentes en este estado. Ese número es muy cercano a la cantidad de personas en la misma situación en la ciudad de Buenos Aires, en Argentina, donde la pobreza y el hambre afectan al 28 por ciento de sus casi 3 millones de habitantes. A ver si queda claro: aunque el porcentaje de personas pobres y con inseguridad alimenticia es menor en Colorado que en Buenos Aires, la cantidad (el número real) de personas en esa situación es la misma, a pesar de que el ingreso promedio anual por persona en Colorado es de poco más de 30.000 dólares, contra 7.700 dólares en Buenos Aires. Esa mezcla de escases y derroche, de supervivencia y ostentación, de seguridad y de desesperanza parece casi surrealista y hace difícil decidir si la realidad es así, si esa es sólo la apariencia de la realidad (y algo mejor o peor se esconde tras esa apariencia) o si uno distorsiona esa realidad.

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