Menu
header photo

Project Vision 21

Transforming lives, renewing minds, cocreating the future

Blog Search

Blog Archive

Comments

There are currently no blog comments.

Sin narrativas no existiría ni el futuro ni los otros ni la persona

A lo largo de la historia y probablemente desde que los seres humanos se reconocen a sí mismos como tales se han contado innumerables cuentos y relatos que, al ir pasando de generación en generación, confluyen en narrativas tan repetidas que hasta se aceptan como la única realidad. Pero sin esas narrativas no hay ni futuro, ni otros, ni personas conscientes de sí mismas. 

Como bien lo explica el Dr. John Vervaeke (Universidad de Toronto), mientras que las historias individuales e incluso las historias grupales se enfocan en recordar lo que le sucedió a esas personas o grupos, las grandes narrativas (muy cercanas, sino idénticas a los mitos de la antigüedad en sus funciones) buscan darle sentido a la vida y guiar las conductas.

Mientras que las historias personales cuentan lo que pasó, las narrativas explican quiénes somos y nos hacen saber por qué las cosas suceden como suceden. Y al hacerlo y precisamente por hacerlo, nos invitan y nos fuerzan a dejar de lado, aunque sea por un momento, aquel mundo en el que cada uno de nosotros es el héroe y el único protagonista de la historia. 

En otras palabras, las narrativas nos obligan a considerar otras posibilidades y, por eso mismo, a considerar una realidad distinta a la que vivimos. Y una realidad distinta a la que vivimos es la definición misma del futuro. Como ya lo dijimos en una columna anterior, el futuro no es el tiempo después del presente, sino una expansión de la consciencia de posibilidades. 

Pero si salimos del encierro de nosotros mismos y a la vez nos enfocamos en un futuro, entonces inevitablemente nos encontraremos con “los otros” y en poco tiempo nos daremos cuenta de que nosotros somo “el otro” de los otros. 

A su vez, esa expansión temporal y esa salida o apertura hacia el otro nos abre la posibilidad de compromisos de trabajo a largo plazo y de profundos compromisos. El hecho de ya no estar encerrados dentro de nosotros mismos y de vernos potencialmente viviendo en otro tiempo, en otro espacio y con otros profundiza también nuestro autodescubrimiento. 

Para Vervaeke, la extensión hacia el futuro, la salida hacia los otros y la capacidad de asumir serios compromisos (y cumplirlos) son tres elementos básicos de ser una persona (o, agrego yo, una persona madura y adulta). 

Por su parte, para el escritor y pensador Ítalo Calvino, el nivel de persona se alcanza cuando se adquiere y mantiene la capacidad de “cuestionar la normalidad” y, aún más, la capacidad de advertir quiénes quedan excluidos de esa “normalidad”. En cierto sentido, para Calvino, la persona (en su sentido profundo) es quien cambiar la narrativa e inicia una nueva historia. 

Lamentablemente, en el mundo de “idiotas hipermodernos” (como los describe el filósofo español José Carlos Ruiz) ya no queda lugar ni para una narrativa que nos invite y obligue a ser personas, ni para personas capaces de cambiar las narrativas de exclusión. O quizá ese es el compromiso que nosotros debemos asumir. 

Go Back